Algunos me han preguntado por el pueblo donde trascurre la acción del primer libro. Ese es un proyecto futuro que tengo conectado a la saga de los cazadores, pero independiente a ellas. Os voy a dejar un fragmento que aperece en el segundo libro que trata sobre la Bruja blanca.

Mary Betila observaba a sus dos hijos sentados frente a ella. Eran hermosos, como muchos hijos que había tenido durante siglos, pero al igual que los anteriores, estos eran decepcionantes. Tan cerca de conseguir sus objetivos no podía permitirse dejar cabos sueltos y habían dejado uno.

–Repítemelo de nuevo, Mina – dijo a su hija. Ambos eran mellizos, pero la rivalidad que Mary había fomentado desde que eran niños los había convertido en casi enemigos.

–Madre, no descubrimos a la bruja y los del pueblo nos echaron. Dijeron que ya estaban hartos de aguantarnos. Así que, decidimos actuar desde las afueras, pero cuando estábamos en los límites del pueblo ya no pudimos volver. Cualquier intento por llegar hasta allí hacía que nos perdiéramos, diéramos vueltas en círculos.

Mary se puso la mano en la cabeza, creía saber qué era ese pueblo. Durante siglos había escuchado hablar del mito, pero nunca lo creyó hasta ahora. Habían rastreado a una futura bruja que no pertenecía a su aquelarre hasta un pueblo, la Bruja blanca, y decidieron montar un paripé muy costoso para cazar a la bruja. Envió a sus propios hijos a encargarse de la misión y fracasaron, y ahora, era imposible localizar el pueblo de ninguna forma: Había desaparecido del mapa, literalmente. Sus hijos y algunos más habían salido indemnes de allí, pero otros aparecieron muertos, con los ojos desorbitados del horror que tuvieron que padecer al final. Los que se habían quedado a las afueras, esperando saber lo qué había ocurrido, decían que los habían visto en forma de fantasma llorando y lamentándose, los habían convertido en almas en pena que protegían los límites del mismo pueblo. Tan cerca de conseguir su propósito y resulta que el mito era real. Mary se consoló así misma, llevaban más tiempo que ella vivos, si hubieran querido intervenir en el mundo ya lo habrían hecho, en cambio, se han encerrado en un pueblo y no querían saber nada del exterior. Sintió frío en las entrañas, si eran reales, podría serlo todo lo demás y la bruja que había buscado para matarla era parte de ello. Ella misma había estado en el pueblo y no había percibido nada raro, al menos estando allí. Ahora, pensándolo mejor, había muchas rarezas que allí no le llamado la atención, Todo el pueblo era mágico.

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